‘Live and Let Die’ el comienzo de Roger Moore en la saga Bond

Seguimos analizando las películas de James Bond. Hoy el turno es para la cinta de 1973,‘Live and Let Die» que originó el inicio de Roger Moore como el agente 007, quien estuvo durante siete películas en el rol de Bond. Con ello, Sean Connery con su última película ‘Diamonds are Forever’, dejaba el papel principal, cansado y hastiado del personaje porque había perdido toda su vida privada por culpa del personaje que se había convertido en todo un fenómeno mundial.

Ficha técnica

Gran Bretaña, 1973: Roger Moore (James Bond), Yaphet Kotto (Dr. Kananga/Mr. Big), Jane Seymour (Solitaire), Clifton James (Sheriff J. W. Pepper), Julius W. Harris (Tee Hee), Geoffrey Holder (Barón Samedi), David Heidison (Felix Leiter), Gloria Hendry (Rosie Carver), Bernard Lee (M), Lois Maxwell (Miss Moneypenny).

Director: Guy Hamilton – Guion: Tom Mankiewicz – Música: George Martin – Canción del título: Paul y Linda McCartney – Fotografía: Ted Moore – Montaje: Bert Bates, Raymond Poulton, John Shirley – Directores artísticos: Syd Cain y Stephen Hendrickson – Efectos especiales: Derek Meddings – Productores: Albert R. Broccoli y Harry Saltzman – Distribuidora: United Artists

121 min, – estreno mundial el 27/ 05 / 1973 – Nominada – 1973 – 46th Academy Awards – Musica (Canción Original) – Live And Let Die – Paul McCartney, Linda McCartney

Argumento

Tres agentes británicos han desaparecido, quienes se encontraban tras la pista del Dr. Kananga. 007 comienza a investigar lo que le ha pasado a sus compañeros en Nueva York, hasta San Monique, y allí se cruzará con Solitaire, la misteriosa tarotista que visualiza el futuro para Kananga. Y Bond descubrirá que Kananga y el jefe del hampa que se hace llamar Mr. Big resultan ser la misma persona, y que intentará ingresar en el comercio ilegal de la droga, regalando dos toneladas de heroína para apoderarse del mercado del narcotráfico de Estados Unidos.

Saltzman vs Bróccoli

Connery ya se había ido, y todos tenían la duda de qué pasaría con la serie de ahora en adelante. Buena parte de esas dudas deben haber disminuido la relación comercial que había entre Harry Saltzman y Albert Bróccoli, los dueños de Eon / Danjaq, la productora de todos los filmes Bond hasta la fecha. El punto de vista de la calidad versus el punto de vista comercial. Lo cierto es que Connery se fue, Saltzman también lo haría, y sólo se quedaría en éste y en el siguiente filme como apoyo a su camarada de armas para darle el puntapié inicial a una nueva etapa del personaje.

El nuevo Bond

Antes del inicio de ‘Diamonds Are Forever’, y ante la duda del regreso de Connery al personaje, el candidato era Roger Moore. Pero en su momento no estaba disponible (estaba filmando The Persuaders con Tony Curtis), y el segundo en la lista era John Gavin, que hubiera sido Bond en 1971 sino fuera que los resultados de taquilla de ‘On Her Majesty´s Secret Service’ habían sido tan pobres para un filme 007, que United Artists arrinconó a Saltzman y Broccoli para que el escocés regresara a toda costa al personaje. Pero en 1973, y tras cuatro intentos, Connery se mantuvo firme y dejó en claro que nunca jamás volvería a interpretar a Bond. Y con las filmaciones de The Persuaders finalizadas, Moore tenía el terreno libre.

Roger Moore

Los productores decidieron evitar muchas de las formalidades cometidas en OHMSS al presentar a un nuevo Bond. Para comenzar, a Moore recién lo vemos después del teaser, y es presentado de un modo natural, sin demasiada ceremonia. También no está la escena clásica del despacho de M, sino que los detalles de la misión son dados en el mismo departamento particular de Bond, de modo imprevisto y mientras éste tiene un amorío con una agente italiana. Tampoco aparece Q.

La moda

El realismo, entendido para los productores, era reinventar a Bond y ponerlo a correr con las modas cinematográficas del momento. En este caso, era el auge del blaxpoitation, donde filmes como Shaft (1971) sacudían las taquillas alrededor del mundo. Pero enviar a un británico a mezclarse con la mafia callejera de Harlem ciertamente es peculiar. En San Monique se devela el aspecto mágico de la historia, que es la presencia de la virginal Solitaire. Sin duda Jane Seymour es una estupenda actriz.

Los villanos

Yaphet Kotto pasa desapercibido. Es ordinario, no es siniestro ni tampoco muestra la conexión sentimental que debería tener con Solitaire. En todo caso, los secundarios como Tee Hee o el Baron Samedi son mucho mejores; mientras que el hombre de la garra de acero es ciertamente el germen del futuro Jaws, el Baron Samedi de Geoffrey Holder es brillante.

Crítica

La acción es también muy desigual: nadie niega que la persecución de las lanchas en los cayos es un clásico – y es la secuencia que salva al filme de la letanía – , pero los combates mano a mano de Moore son lastimosos y lentos, y otras escenas (el auto fuera de control en la autopista, la amenaza de los cocodrilos, las peleas en la ceremonia vudú) carecen de nervio. La otra secuencia que luce en menor medida, es el escape en el autobús de dos pisos de San Monique. Pero la trama en el fondo no es muy interesante, no tiene intriga o elementos que el espectador deba descubrir.

Conclusiones

Es un filme raro, cuyos elementos podrían haber servido para una gran cinta de Bond, pero que quedan a mitad de camino. Salvo las lanchas, el Sheriff Pepper, el Barón Samedi, algunos momentos de Solitaire y la música de George Martin acompañado de  la canción de Paul Mc Cartney, la película es un buen inicio para un buen actor. Y si bien John Barry no está en la orquesta, el trabajo de Martin a cargo del soundtrack es excelente. Así mismo la actuación de Moore es algo rígida, donde por momentos pareciera imitar a Connery y en otros se anima a salirse de libreto. 

Fuente SSSM 

Escenas del filme

Imágenes del filme